No me falles
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Introducción

Una historia real e inquietante sobre los hechos acontecidos hace dos años. La cruda realidad hecha pedazos. Con tus comentarios y tus ideas puedes cambiar el curso de la historia. Todo lo que aquí se cuente y ocurra es cierto, tan solo depende de tí , de hasta dónde estés dispuesto a investigar, para saber lo que ocurrió realmente.

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La peor de todas tus pesadillas comienza cuando un error del pasado llega hasta el punto en que termina cuando tus amigos empiezan a morir.

L de "Luz" - Capítulo 12

lunes, 15 de noviembre de 2010

Como hemos podido comprobar, nuestro proceder a nivel personal también está afectado por una dualidad, pues muchas veces, a pesar de todos nuestros esfuerzos por actuar “bien” y mantener la alegría y la esperanza, terminamos actuando de la forma contraria atrayendo sufrimiento a nuestra vida ... y es que nuestras acciones pueden ir desde lo que constituye el AMOR al prójimo y a nosotros mismos, hasta lo que podríamos llamar el total DESAMOR

Lo positivo de esto, es que siempre tenemos la posibilidad de ELEGIR cual de nuestras dos “caras” será la que predomine en nuestra vida y por lo tanto QUÉ imagen será la que los demás se formen de nosotros (algo sumamente importante para saber si somos en verdad personas COHERENTES y AUTENTICAS).

Y es que una cosa es SER y otra muy distinta PARECER y aunque aún en esto cada cual es libre de tomar sus propias decisiones, pienso que quien se comporta de forma “transparente; con luz” (sin máscaras que escondan sus defectos o muestren “virtudes” que NO se tiene) , asegura que su vida fluya libremente, sin malos entendidos, desavenencias o “cosas ocultas”.

Pensé que no era muy apropiado acudir a Hypnos junto a Sofía, ya que seguramente ella, al haber estado trabajando allí, podría conseguir mucha más información que yo. No me extrañé cuando más tarde Sofía me contó que fue idea suya lo de denunciarme por malos tratos para que no corriera peligro, ya que Gustavo al haber estado de su lado había terminado asesinado. Si queríamos seguir con vida, no deberían descubrir que colaborábamos juntos.

Todavía no salía de mi asombro. El amor de David hacia Celia era totalmente fingido; si estaba cuidando de ella , era porque mantenía una relación con su madre, Esperanza Velázquez. No podía entender como David era capaz de hacer algo de ese calibre, aunque mucho más me sorprendía de su propia madre. No debe ser fácil haber superado lo de sus hijos, y el maltrato de Antonio Velázquez, pero eso tampoco le daba derecho a engañar a su hija con la persona de la que estuvo enamorada en su propia cara.

Lo que sí es cierto, es que si Antonio Velázquez colaboraba con un socio, estaba claro que David no era; porque en ese caso, no hubiera estado a punto de matarlo. Tendría que ser otra persona, ¿Pero quién?, David era un traidor, pero dudaba mucho que fuera capaz de hacer daño a alguien.

Toqué el timbre. César me había llamado antes de salir del hospital. Estoy seguro que le ocurría algo, porque siempre reconocía cuando le pasaba algo por el tono de voz que empleaba. Cuando me abrió las puertas de su casa, tenía los ojos llorosos, seguramente de una larga tarde de lágrimas.

Al poco tiempo de verme me abrazó y rompió a llorar. Dejé mi mochila y el libro que traía en la mano encima del mueble de la entrada.

- ¿Qué te ocurre César? – me alarmé -

- Acaban de detectar a Diego, cáncer de esófago.

- ¿¿¿Qué???

Diego era el exnovio de César y ahora se estaban replanteando el volver a intentarlo. César estaba realmente triste.

- ¿ Cómo te has enterado? – pregunté –

- Empezó a dolerle todo el cuerpo y me pidió que le acompañara al médico. Le han estado haciendo pruebas y se lo acaban de decir. Me ha pedido que me aleje de él mientras tanto, ya que los médicos le han dicho que dudan mucho que se recupere.

- No sabes cuánto lo siento César.

- No pasa nada, estoy bien. Confío en que se curará, Diego es muy fuerte. Lo que verdaderamente me duele es que quiera pasar este trago él sólo. No me deja estar a su lado.

- Bueno tu tienes que insistir si verdaderamente te importa. ¿Te has enterado de lo de David?

- Si, Nacho estuvo antes aquí y me lo contó todo. Alucino con lo enfermo que está ese hombre. Podría haber cometido una barbaridad.

Aunque pareciera cierta ironía, Nacho se mostraba tan amigo de César como de su íntimo e inseparable amigo David, aunque entre ellos dos no existiera muy buena relación.

César aparcó durante unos instantes el tema de su novio, y se distrajo sujetando el libro que acababa de dejar en la entrada.

- ¡Vaya! , “Naturaleza muerta” de Douglas Preston y Lincoln Child. Hace tiempo que llevo queriendo leer este libro. Me encantan esos autores.

- Te lo prestaré encantado en cuanto lo termine.

Al pasar las páginas, César se detuvo en el marcador que usaba para señalar por dónde iba leyendo; era la foto que encontré en la playa cuando creí ver a Jonathan Velázquez mientras hacía footing. Una imagen que mostraba unas manos sujetando una paloma.

Esa paloma como os conté anteriormente, estaba iluminada por una luz que salía desde el interior de un corazón situado encima de ella. La foto acompañaba a una frase:

“Solo algo verdadero puede atravesar un corazón, cuando todo está escondido en un profundo sentimiento”

- Vaya, que extraño... – César reaccionó al ver la foto –

- ¿ Sabes lo que es? ¿ Reconoces esa imagen?

- Claro, es un cuadro de arte cuya pareja está expuesta en el museo contemporáneo de Cádiz.

- ¿Su pareja?

- Si, cuando fui hace meses al museo con Diego; el guía nos contó que esta obra de arte alternativo, fue pintada por su autor junto a otra muy similar. Lo que ocurre es que la que está en el museo es de color rojizo; mientras que esta tiene un matiz azulón, y es en teoría la que se quedó el autor; ya que la otra la donó al museo.

No daba crédito a lo que pasaba. Ese niño que se parecía tanto a Jonathan Velázquez, me había dejado una foto de ese cuadro a propósito, ¿Pero para qué? no lo veía claro; ¿Estaría ese cuadro relacionado con la desaparición de Jonathan? ¿Querrían tratar de comunicarme algo? Todo aquello era una locura.

- ¿Qué pasa Ricardo? ¿ Qué es lo que ocurre?

Entonces fue cuando aproveché para contarle a mi mejor amigo, todo lo que había pasado durante los últimos días. Desde la existencia de Sofía, Gustavo y Rodolfo Pastaso; hasta cómo estaba relacionada la desaparición de Jonathan con la muerte de mis padres. Incluso le conté que David me había desvelado su affaire con Anna y le mostré las fotos que descubrí de este con la madre de Celia.

Los ojos de Cesar se abrían por el asombro en cada segundo que me adentraba en la historia.

- ¿ Cómo no me habías contado esto antes?

- Dijiste que no querías saber nada del asunto

- Lo siento Ricardo. Eres una de las personas que más aprecio tengo, y quiero que sepas que a partir de ahora puedes contar conmigo .

- Te lo agradezco César; eres un gran apoyo para mí. Ahora sólo espero que Sofía haya descubierto quién es el director de Hypnos. Debes guardarme este secreto, ya que si no, todos estamos en peligro.

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En lo único que pensaba Sofía, era en rezar para que no le ocurriera nada. Si era cierto que el director de Hypnos estaba detrás de todo esto, seguramente no fuera muy apropiado que él supiera que lo sabía. Antes de llegar a la organización, Sofía hizo una visita para devolver un objeto que no le pertenecía.

Hacía mucho tiempo que Sofía no pasaba por Hypnos. Era un local en la localidad de Rota, metido en una estrecha callejuela. Lo que más destacaba en su fachada, era una pirámide con un ojo en su interior. Ese era el símbolo de Hypnos; que simbolizaba la ascensión hacia el saber y la inteligencia. En una antigua tribu inca, ese símbolo indicaba que nuestra vida es una ascensión por esa pirámide, y que cuanto más arriba estás de esa pirámide, más conocimiento tienes. Hasta que llega un punto que estás justo en el pico, y se invierte la pirámide; que es justo cuando empiezas a dedicarte, en vez de a ti, al resto de la humanidad.

Una parábola muy bonita; pero la realidad era otra. Bajó por las escaleras desde la entrada y se encontró con una sala llena de sillas y una pantalla con un proyector apuntando hacia ella. La sala se encontraba vacía; pero la chica que hacía de recepcionista se encontraba justo detrás de las sillas, en una mesa independiente.

- Hola, ¿Puedo ayudarte en algo?

- Bueno, quería hablar con un viejo amigo; el director de Hypnos – mintió –

- Pues has tenido suerte. – la chica sonrió – Ahora mismo le puedes encontrar en la planta de abajo.

- Gracias

Menuda suerte. Por fin iba a saber, de quíén se trataba ese misterioso personaje; ya que Gustavo, antes de morir, dijo que conocía a Sofía.

Cuando bajó otra planta más y estuvo situada delante de la puerta del despacho de dirección, dudó antes de llamar, hasta que después de unos segundos se decidió a hacerlo.

Para su sorpresa, fue a Gigi quién se encontró tras la puerta. Gigi había sido compañero de Sofía mientras trabajó en Hypnos; era un chico jovencito, de 22 años y con un marcado acento italiano. No podía creerse que ese niño hubiera tomado las riendas de Hypnos y mucho menos que fuera un asesino.


- ¡Sofía! ¡Cuánto tiempo sin verte! Estás tan guapa como siempre – me abrazó - ¿a que se debe esta visita?

En ese momento Sofía se quedó muda sin saber qué decir.

- Hola Gigi, vaya... no sabía que eras el nuevo director de Hypnos.

- Bueno, lo soy desde hace un año. El antiguo director se dedicaba a asuntos más comprometidos, pero desde que le afectó tanto la desaparición del niño de los altramuces, perdió los estribos, y se empezó a comportar de forma violenta, tomando la decisión de pedir la baja voluntaria para cederme su puesto.

Sofía suspiró. Se alegraba de que Gigi no fuera el que estuviera detrás de todo esto.
¿Perder los estribos? ¿Comportarse de forma violenta? Eso le sonaba; Antonio Velázquez.

- Gigi, precisamente es a él a quien estaba buscando. ¿Tienes alguna forma de localizarle?

Gigi cambió su expresión y se volvió más seria:

- Ni lo sueñes. Eso es información privada de la organización. Olvídalo Sofía. Además, te aconsejo que te mantengas alejada de ese hombre; si sigue en el mismo estado desde la última vez que lo vi, sería muy peligroso mantener contacto con alguien así. De todas formas... ¿Sigues soltera?, si te apetece podemos quedar un día y cenamos juntos.

Más que como un piropo, Sofía se lo tomó como una ofensa.

Subió de nuevo enfadada las escaleras. Gigi empezó a llamarle a voces, pero ella no paró. Le conocía; sabía que cuando se negaba a algo , era firme en sus ideas. Tendría que recurrir a otras tácticas. La chica de recepción, permanecía en la misma posición en que la dejó.

- ¿Ya habló con él señorita?

- Em... si. Ah, se me olvidaba, me ha dicho que pases por su despacho.

- ¡Ah! Bien, ahora mismo voy.

Hizo que se creyera que se había marchado, simulando subidas de escalón hacia la salida, pero en cuanto la chica se alejó de la recepción corrió hacia el archivo, y encontró la carpeta de dirección de Hypnos hasta que obtuvo la del antiguo director. Era una ficha personal con todos sus datos personales. Pero el teléfono no le interesaba; lo único que quería es saber dónde vivía; c/alameda 39 , y su nombre; Ángel Salvador.

Sofía se quedó pensativa; ¿De qué le sonaba tanto ese hombre?. Entonces cayó ..., Ella no conocía personalmente a ese hombre; pero Gustavo le había dicho que robara el fax que ese hombre dio a Ricardo, la única prueba que demostraba que Alfonso Mairén había mantenido contacto con él. Sofía no podía creerse que el asesino de Gustavo fuera quien había ayudado a Ricardo y a su padre.


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Esperanza Velázquez, jamás se pudo imaginar que fuera a cambiar drásticamente su forma de pensar, únicamente por contemplar una imagen. Su vida ya no es lo que era hace unos años. De ser una hermosa y alegre señorita, había pasado a formarse como una mujer atormentada y depresiva, con ansias de venganza. Entregó todo su amor por Antonio Velázquez, y lo único que obtuvo de él, fueron las numerosas palizas que le propinaba. Ahora tenía que soportar verle acompañado de esa mujer; pero gracias a Esperanza, la cárcel iba a poner barreras para que Antonio no pudiera establecer ningún vínculo con otra mujer que no fuera ella.

¿Cómo iba Esperanza a pensarse que iba a estar durante este último año atendiendo y cuidando a la hija de ese hombre? Aquella niña , había demostrado un odio visceral hacia ella sin ninguna clase de motivo; por eso tenía tantos celos de Jonathan cuando nació. Era una niña caprichosa, y estaba siempre queriendo ser el punto de atención. Lo que no se podría imaginar, es que su padre acabaría odiándola y comparándola con la peor de las escorias.

En aquel momento, lo único que deseaba Esperanza es que su hijastra recuperara de nuevo la razón y volviera a hablar; sólo ella sabía lo que había pasado el día en que su hijo desapareció. Había ya perdido toda esperanza de descubrir dónde se encontraba ese niño por parte de Antonio, pero Esperanza sabía, que lograría obtener a fin de cuentas todo lo que se proponía.

Acababa de acostar en la cama a Celia para que durmiera un rato, cuando el timbre de la puerta sonó. Cuando puso el ojo en la mirilla, vio a una vecina tras la puerta, y sin dudarlo abrió.

- ¿Esperanza? Hola, es que vine de comprar hace un rato y una chica me dio este paquete para que te lo entregara, ya que pensaba que no estabas en casa.

- ¿Una chica? – se extrañó –

Esperanza recibió con cortesía el paquete, cerró la puerta y dirigiéndose al interior de su vivienda extrajo del paquete un papel sujeto en la parte superior de la caja. Era una carta:


“Hola Esperanza. Es la primera vez que me dirijo a ti, pero sinceramente creo que no tiene mucho sentido que lo hagamos cara a cara, puesto que los últimos acontecimientos no es que lo favorezcan. Sólo quiero decirte que he salido de la vida de Antonio para siempre; y... no se tú, pero creo que es una persona muy peligrosa y que nadie debería tenerle cerca. Se como te sientes o te has sentido, ya que yo también he tenido que sufrir el maltrato físico y psíquico al que somete a las mujeres. Únicamente quiero pedirte perdón, por si te he causado algún daño; gracias, por haber hecho que ese hombre esté entre rejas,; y adios, porque te garantizo que esta será la última vez que volveremos a tener contacto. Esto que aquí te envío te pertenece; no son más que recuerdos, pero cuando hay recuerdos malos y buenos, siempre tenemos que quedarnos con la mejor parte. Espero que seas muy feliz. Sofía”

- ¿Qué sabes como me siento? No tienes ni idea de cuales son mis sentimientos, Sofía. – Esperanza meditó en voz alta –

Reconoció la cámara fotográfica de inmediato. Era la cámara con la que Antonio y ella recogían sus mejores imágenes, y podía imaginarse lo que iba a encontrar en ella.

Esperanza Velázquez hizo sus preparativos. Puso el vinilo de la mejor ópera del mundo, Nessum Dorma, cantada por Sarah Brigtman; precisamente la que estáis escuchando en el blog. Abrió una botella de Château Pretus, se lo sirvió en una copa de vino y se sentó en su sillón favorito.

Se tiró viendo las fotos que había guardadas en la memoria de la cámara, (ya que no tenía tarjeta de memoria), durante prácticamente toda la pieza musical. Recordaba los momentos en que fue feliz con Antonio. Las fotos mostraban imágenes de ellos dos besándose en la cama en posturas muy eróticas. Cuando estuvo a punto de soltar una lágrima, la realidad le golpeó su conciencia. Los latidos empezaron a acelerarse y Esperanza empezó a pasar rápidamente las fotos nerviosa; hasta que se detuvo en una, que mostraba los pechos de la mujer, y Antonio detrás suya besándole el cuello.

Esperanza dejó la cámara en el sofa y cogió el teléfono inalámbrico. Después de marcar, habló:

- Hola, soy yo. Necesito que me hagas un favor...

Esperanza colgó el teléfono y no tardó mucho en coger la botella de vino y estallarla con toda su fuerza en el borde de la mesa.

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Realmente ELLA había pensado que los últimos acontecimientos no se trataban de una mera coincidencia. Ese ferviente interés por parte de los amigos de Celia en sacarla del psiquiátrico, esa desviada personalidad que había adquirido Antonio Velázquez, y lo más sorprendente de todo; el asesinato de Gustavo, hacía que todo aquello le descolocase.

Precisamente ese hecho era el que más inquietaba a ELLA. Gustavo llevaba mucho tiempo persiguiendo el rastro de Jonathan Velázquez y lo único que obtuvo fue la muerte, de igual o peor forma que los padres de Ricardo. Pero todo ya había cambiado, porque al principio lo hacían parecer un accidente, y ahora se trataba de un homicidio a sangre fría.

Todavía se acordaba de la última conversación que tuvo en el parque con EL. Hablaron de Ricardo y de lo peligroso que sería que siguiera las investigaciones de su padre después de un año. Lo que ELLA no podía imaginarse, es que Antonio Velázquez colaborara con alguien para que le ayudara en sus sucias tareas, y, mucho se temía que fuera precisamente EL su ayudante, ya que el asesinato de Gustavo ocurrió durante el sacrificio de sangre de los hijos de Caín, donde ELLA sabía que pertenecía.


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Sofía se lo pensó dos veces antes de llamar a Ricardo Mairén y contarle que el abogado que le estaba ayudando, era el asesino de Gustavo y puede que de sus propios padres. No podía hacerle eso a Ricardo. Sofía decidió mantenerle al margen de todo aquello cuando decidió denunciarle por malos tratos para que se alejara de toda esa locura, pero no lo consiguió; ahora era el momento de dejarlo a un lado. Ya había sufrido bastante las consecuencias para que todavía las siguiera pagando.

Sofía llegó al domicilio en el que residía Ángel Salvador; encontró la puerta del portal abierta, pero llamó tres veces para asegurarse de que no había nadie en su casa. Al entrar en aquel lúgubre portal, contempló el buzón de su piso, y comprobó que efectivamente allí residía el director de Hypnos.

Cuando salió del ascensor, repitió la operación de llamar al timbre de la puerta tres veces , y de nuevo sin éxito, no obtuvo respuesta.

Durante su etapa en Hypnos, aprendió a quebrantar con habilidad cualquier tipo de cerradura con todo tipo de maña. Gracias a ello, logró entrar en el interior de la vivienda dejando la puerta abierta a una posible huída. Intentó encender las luces mediante el interruptor; pero estaba cortada. Seguramente la vivienda llevaba tiempo sin ocuparse. Sofía recordó aquella reflexión budista que rezaba “que cada uno de vosotros sea vuestro propio refugio”, pero... ¿Qué otro refugio podría haber?.

Sofía ya contaba con ello, por lo que sacó una linterna de su bolso y la encendió. Todo estaba bastante desordenado; papeles por el suelo, chaquetas viejas arrugadas y colgadas en cualquier sitio, y mucho polvo por toda la estancia. Caminó seguida por su instinto entre la oscuridad de aquel piso y se detuvo frente a lo que parecía ser un despacho dentro del hogar.

Cuando entró en el habitáculo, alumbró a su alrededor. Colgaban diplomas en la pared condecorados a nombre de Ángel Salvador. Por algún extraño motivo, ese despacho se conservaba en mejor estado que el resto de la casa. El orden predominaba en aquella estancia y la limpieza era considerablemente más abundante .

Sofía vio algo que le llamó la atención; parecía que justo en la pared, detrás del escritorio, había unos papeles colgados. Cuando aproximó la luz de su linterna, descubrió que no se trataba de papeles; sino de fotos. Los rostros de los padres de Ricardo, seguida por los de Rodolfo Pastaso y Gustavo. Todas ellas tachadas con una cruz. Estaba tan conmocionada que no tuvo tiempo de reaccionar cuando vio que la siguiente foto era la de ella.

Las luces de toda la casa se encendieron de golpe. Sofía sufrió un ataque de pánico y salió corriendo por el pasillo directa a la salida, pero antes de llegar frenó en seco. Justo en la puerta de la entrada se encontraba Ángel Salvador mirándole fijamente.

- Hola Sofía. Te estaba esperando...

Sofía estaba acorralada y sintió que todo el mundo se le venía abajo. Es entonces cuando cayó en la cuenta de que descubrir la verdad es a veces muy peligroso, y que en algunos momentos es mejor dejar las cosas tal y como están.

- Creo que tu viaje termina aquí

Ángel Salvador cerró la puerta con llave.


Hay luces que nos enseñan el camino que debemos seguir; otras, que dejan al descubierto temores infundados desde hace tiempo; luego hay luces puras y transparentes, mientras que algunas se esconden entre las sombras; pero la peor luz de todas, es aquella que se apaga y muere para no volverse a encender jamás. Faltaba muy poco para que algunos de nuestros personajes perdieran su luz para siempre.

1 comentarios:

Chary Serrano dijo...

Leído. Es sobrecogedor todo lo que escribes, la música que tienes es una maravilla, me encant.

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