No me falles
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Introducción

Una historia real e inquietante sobre los hechos acontecidos hace dos años. La cruda realidad hecha pedazos. Con tus comentarios y tus ideas puedes cambiar el curso de la historia. Todo lo que aquí se cuente y ocurra es cierto, tan solo depende de tí , de hasta dónde estés dispuesto a investigar, para saber lo que ocurrió realmente.

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La peor de todas tus pesadillas comienza cuando un error del pasado llega hasta el punto en que termina cuando tus amigos empiezan a morir.

H de "Hypnos" - Capítulo 8

domingo, 15 de marzo de 2009

Las puertas del hospital Santa Cruz se abrieron y la silla de ruedas se fue deslizando a paso ligero por aquel silencioso pasillo. Lo único que rompía ese silencio eran los angustiosos gemidos de Celia cuando su padre empujaba la silla. Finalmente había tomado el control de la situación. Si su hija llegara a hablar de nuevo, supondría un claro problema , no sólo para él, sino para todo el mundo. A su madre no podía vetarle la entrada en aquel hospital, pero si pudiera también lo haría. Si Celia contara todo lo que pasó arruinaría la vida de las personas que más la habían querido. Antonio le había estado suministrando medicamentos todo el año. Es cierto que cuando despareció su hijo , ella había quedado en estado de shock, pero gracias a los fármacos que le había suministrado a través del enfermero que iba a su casa y que él había contratado, habían ayudado a que Celia jamás saliera de ese trance. “Era lo mejor para todos pensó”, quizas no lo más justo, pero si lo más recomendable. Antonio tenían un gran puesto en la política, si se supiera lo que él había hecho, eso arruinaría su carrera profesional. Es cierto que no se había portado en este último año como le hubiera gustado y se podría decir que ya no era una buena persona. ¿Pero que otra cosa podía hacer? Su vida ya estaba arruinada. Se había quedado sin familia. Y cuando creía volver a encontrar una persona de la cual enamorarse: Sofia, se dio cuenta de que el motivo real por el que estaba saliendo con el, era para averiguar más acerca del caso del niño de Albagranera. Por eso, en esos momentos tan peligrosos, en los que el hijo del Sr. Mairén había vuelto, lo mejor era quitarse de en medio a aquella chica. Antes de echarla de casa, esa maldita zorra robó de la habitación de su hijo la cámara de fotos que llevaba Celia aquel día. Posiblemente lo que se fotografió con ella fueran pruebas más que evidentes de lo que ocurrió; Pero la tarjeta de memoria de esa cámara despareció, así que lo único que podía ver Sofía en aquella cámara, eran las fotos mas tiernas de su matrimonio con Esperanza.

Llegaron a la habitación en la que se hospedaría Celia, y aún ella seguía gritando. Antonio dejó el abrigo en la mesa del cuarto y extrajo de su mochila el maletín dónde se encontraba aquel fármaco. Él a día de hoy, no tenía ningún aprecio por la que un día fue su hija.

- ¿Por qué? ¿ Por qué me haces esto? – grito Celia histérica – La culpa no fue mía, fue culpa de Hypnos, no fue mi culpa.

Celia empezó a llorar y su padre se aproximó a ella con la jeringuilla en la mano.

- Espero que no se te haya ocurrido mencionar a más gente lo de Hypnos. Bastante dinero pagué por él para mantenerlo oculto.

- Hypnos, es la clave, no fue mi culpa papa, fue culpa de Hypnos.

- No Celia..., debiste pensártelo antes de llevar a tu hermano allí. Ahora ya no se puede hacer nada. Hypnos no mató a Jonathan y lo sabes perfectamente. Desgraciadamente, creo que ya has hablado demasiado , y lo mejor es que mantengas la boca cerrada.

Antonio clavó la aguja en el cuello de su hija y presionó para que el fármaco circulara por sus venas.

- Lo siento...

Y diciendo esto último se echó a llorar, por el ser tan miserable en quién se había convertido. Esa carga que llevaba consigo le mataba día tras día, ya nada en su vida tenía sentido.
Antonio abrió llorando las puertas del gran balcón de la habitación. Respiró aire profundo y trepó encima de la barandilla. A sus pies había una caida de más de 40 metros. Por un momento pensó en tirarse al vacío, sería lo más fácil para acabar con ese tormento. Pero aún le quedaba algo por hacer...

Antonio Velázquez sacó de su bolsillo el móvil y escribió su ultimo mensaje.


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El pasado para Gustavo, aunque se presentaba nubloso, lo recordaba a la perfección. Sofía y él, trabajaban para una empresa poco común en España. Era una organización que aceptaba entre sus filas a actores discretos y profesionales, para que su papel llegara a ser creído por muchas personas. Aunque en un momento eran utilizados para bromas y para otros asuntos convencionales; gracias al nuevo director de la empresa, el grupo fue cambiando a una posición más oscura, metiéndose en asuntos turbios e ilegales.

Ellos dos, junto con otras 7 personas más, incluido Rodolfo Pastaso, formaban parte de ese elenco de actores. Cuando el director aquel día presentó a la que sería nuestra próxima victima, en la pantalla de aquella sala: El Sr Mairén; Gustavo no se lo pensó dos veces a la hora de mostrarse voluntario para ese encargo. Aunque Rodolfo se le había adelantado con un interés fuera de lo normal; el director les aceptó a los dos para ese trabajo, sin embargo, Rodolfo sería el papel principal y protagonista de la trama, quedándose Gustavo en un papel secundario.

Pero a él, el protagonismo no le importaba. Por aquel entonces Sofía hacia mucho tiempo que había dejado la empresa, desde que la organizacion empezó a involucrarse en asuntos tan problemáticos y comprometedores. Todo el dinero que le ofrecíeron no fue capaz de comprarla. Ella no necesitaba el dinero; Gustavo en cambio, si. También la obsesión de él de estar todo el día detrás de ella aún habiendo acabado su relación, la llevó a abandonarlo todo. Él no llegaba aceptar que el amor entre ellos había acabado. Jamás se pudo haber imaginado que sería una persona tan sumamente celosa. Esos mismos celos le llevaron en su día, cuando Sofía ya trabajaba en el periódico, a seguirla una noche. La vio entrar en una casa, y le sorprendió. Sus más temibles sospechas se confirmaron. Por una de las ventanas de atrás, vio a Sofía con otro hombre: Ricardo Mairen. Es cierto que no les vio liados, pero la cara de Sofía detrás de esa ventana la conocía muy bien: era una cara de enamorada. Sus lágrimas caían de la rabia y se alejó de la casa con una furia como jamás nadie había tenido; pero al pasar por la ventana que daba al lado de la cocina, vio a aquel hombre: al padre de Ricardo, por eso le reconoció en aquella pantalla proyectado años después. Por eso a Gustavo no le interesaba tener un papel principal en ese caso. Desconocía los motivos por los que Rodolfo Pastaso estaba tan interesado, pero el lo único que quería , era venganza.

Eso era lo que más ansiaba en lo más profundo de su ser; por eso aquella tarde en que tuvo que mentir a ese hombre y a su abogado, se sintió al fin liberado de esa rabia y frustración que había acumulado año tras año. Desde aquella tarde que la vio a ella con otro hombre, había mantenido la mente ocupada en su trabajo. Por eso le gustaba el nombre de su empresa y lo que esas siglas significaban. Tenían toda la razón...:








H aciendo
Y
P ensando
N os
O lvidamos
S iempre

G de "Gustavo y Gilda" - Capítulo 7

domingo, 8 de marzo de 2009

Gustavo sabía que allí se encontraría con Gilda. Sin embargo sus esperanzas se agotaban con cada minuto que pasaba. ¿En qué momento su vida se había arruinado en aquel año? ¿Por qué razón debería haber aceptado ese trabajo? Pagaban mucho, si. Pero esa no era razón para hundirse en un pozo sin fondo del que ya nunca podría volver a salir. Aceptó ese encargo por venganza; para joder a la persona que tanto tiempo había detestado, y al final se había perjudicado así mismo. A aquel hombre lo habían asesinado y si él contara algo, sería el siguiente. Jamás pudo imaginarse que aquel cliente fuera tan peligroso; que involucrarse en el caso del niño de Albagranera fuera a traer tan graves y trágicas consecuencias. Todo, absolutamente todo lo que tuvo sentido en su vida se desmoronó de repente y aún más; por sus errores, envidias y celos, habían muerto dos hombres: Rodolfo Pastaso y el Sr Mairén, (el padre del chico al que él odiaba).

Realmente cometió un error. Ese trabajo fue lo peor que pudo aceptar. Gilda fue lista y lo dejó a tiempo, pero el destino les condujo de nuevo a encontrarse. Ahora allí se encontraba Gustavo; en la tumba de aquel hombre que había hecho el papel de su padre. El hombre que ante los medios apareció electrocutado en la fuente de su jardín, cuando en realidad lo habían matado. En el momento en el que iba a revelar quién era su cliente , supuso un grave peligro. Él lo sabía; sin embargo, Gustavo no.
En el cementerio a esas horas ya no quedaba nadie. Permanecía tan solo, que pudo apreciar los pasos que se oían detrás de el.

- Gustavo: Hola… te estaba esperando…

- Gilda: ¿ Así que fuiste tu el que involucró al padre de Ricardo Mairen en esto? Fuiste tu también quien envió un mensaje en mi móvil, incitándome a robar ese fax si quería saber más sobre el caso del niño de Albagranera. Claro, tu que me conoces sabías que sería capaz de eso.

- Gustavo: Si. Te lo envié porque sabía que estabas investigando ese caso. Y porque sabía que tu curiosidad te iba a llevar a quitárselo.Te conozco muy bien ,Gilda.

- Gilda: No vuelvas a llamarme Gilda. Ese pasado mío quedó atrás; lo sabes perfectamente. Lo robé, porque estoy intentando descubrir muchas cosas, y tú me las vas a explicar.

- Gustavo: Está bien. Te pido perdón por tacharte de ladrona de faxes, te pido perdón por no llamarte por tu nuevo nombre, Sofía.


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Nacho y David bajaron a la calle para hablar. Hacía mucho que los dos amigos no se reunían para aquello, aunque en el fondo hasta lo preferían; porque sabían que en cualquier momento les iba a abordar de nuevo el mismo tema del que no querían hablar en este último año.

- Nacho: Y bien, ¿De que quieres hablar?

- David: Hace mucho que no tocamos el tema y me preocupa que se lo hayas contado a alguien.

- Nacho: Por dios, David. Fui yo quien te metió en todo esto, jamás haría algo así. Mentimos a todos nuestros amigos y les hicimos creer que por aquel entonces estábamos en Sevilla cuando no era así.

- David: No sigas culpándote por lo que pasó. Tu necesitabas dinero por aquel entonces y encontramos ese trabajo.

- Nacho: Lo sé, pero nunca debería haberte llevado conmigo en aquel coche. Te he metido hasta el fondo en el problema.

- David: Si fui es porque quise. ¿Cómo íbamos a pensar que se trataba de un asunto tan turbio?. Ese trabajo solo consistía en llevar una furgoneta a su destino nada mas, jamás podríamos pensar que en su interior se encontraba...


- Nacho: No! No lo digas!

Nacho empujo a David contra la pared tapándole la boca. En ese momento pasaba un matrimonio que se les quedó mirando asustados.

- Nacho: No podrías ni imaginar lo duro que ha sido para mi este año. Desde el año pasado no he podido conciliar bien el sueño ni una sola noche. ¿Tu sabes que es eso? ¿Sabes el hecho de saber que has sido participe de algo asi?

- David: Si, lo se perfectamente – dijo tranquilizándole – yo estaba en esa misma furgoneta contigo, ¿recuerdas?

- Nacho: Lo sé, el hecho de hacerme poli fue una forma de devolverle a la vida lo ilegal que había hecho, haciendo cosas legales. Por lo menos eso me da el aliento para seguir viviendo.

- David: Nacho... tienes que superarlo. Por lo menos pasamos desapercibidos, nadie se dio cuenta. Tienes que pensar que todo fue por dinero.


- Nacho: ¿Superado? ¿Tú lo has superado? Espero que no sea a ti a quien se le haya escapado, a tu querida amante o a tu amiguita Anna. Solo faltaba que después de un año se dieran cuenta.

- David: Tienes que tirar para adelante Nacho, hay cosas mucho peores.

- Nacho: No mucho peores que la muerte. Fuimos cómplices de un asesinato
,David; No hay nada peor que eso.


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En aquel momento no podía entender por qué razón mi padre había marcado la foto de David, ni quien había sido capaz de irrumpir en mi casa para crear tal desorden. Cuando más descolocado estaba intentando organizar todos los hechos que me habían acontecido, sonó el teléfono.

- ¿ Quién es?

- ¿Ricardo? ¿ Es usted Ricardo Mairen?

- Si, -contesté extrañado-, ¿con quien hablo?

- Usted no me conoce pero mi marido si conoció a su padre

En esos momentos me quedé perplejo. Era como si todo mi pasado me golpeara de golpe subitamente y resurgiera de sus cenizas

- ¿ Quien es su marido?

- Rodolfo Pastaso. Estuvo colaborando con su padre el año pasado. Murió cuatro días después que su padre.


¿ Le habrían asesinado igual que a mis padres? Rodolfo era el padre del chico que acudió a mi padre y a Angel Salvador, para indicarles lo que sabía sobre el niño de albagranera.

- ¿ Y que quiere de mi?

- Mi marido dejó una nota antes de morir. Solamente dijo que si algo le pasara, que te entregara a ti personalmente una tarjeta que dejó guardada. No se que puede indicar esa tarjeta pero no tiene nada de especial. El caso es que durante todo este año como no sabía tu nombre tampoco he podido localizarte. Hasta que llegó ella.

- ¿ Ella? ¿Quien?

- Una chica que dijo que le estaba ayudando: Sofia. Le saqué la información para saber como te llamabas antes de que se fuera, pero no confié en ella para darle la tarjeta.

¡Claro! Como no había caído antes. Sofía había sido la responsable del allanamiento de morada de mi casa. Había obtenido la información suficiente como para saber donde se encontraba ese hombre y el chico.

- ¿ Y su hijo Gustavo? ¿ Está con usted allí?

- No entiendo a lo que se refiere. Ella me preguntó lo mismo, y Rodolfo y yo nunca tuvimos hijos. Entre otras cosas porque él era esteril.


Algo no cuadraba en toda esta historia. Si Gustavo y Rodolfo efectivamente no eran padre e hijo, entonces o bien a mi padre le tendieron una trampa, o esa mujer estaba mintiendo por alguna extraña razón.

- Está bien, dígame su dirección y me reuniré con usted de inmediato.

- ¿ La de mi casa, no?

- ¡Claro! Cuál va a ser si no.

- Es que la chica que vino a casa, me preguntó la dirección exacta donde estaba enterrado mi marido.

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