No me falles
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Introducción

Una historia real e inquietante sobre los hechos acontecidos hace dos años. La cruda realidad hecha pedazos. Con tus comentarios y tus ideas puedes cambiar el curso de la historia. Todo lo que aquí se cuente y ocurra es cierto, tan solo depende de tí , de hasta dónde estés dispuesto a investigar, para saber lo que ocurrió realmente.

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La peor de todas tus pesadillas comienza cuando un error del pasado llega hasta el punto en que termina cuando tus amigos empiezan a morir.

E de Elección.- Capítulo 5 (primera parte)

jueves, 27 de noviembre de 2008

Eran las 6 de la mañana. Me dirigía a casa del abogado cuando recordaba todo lo que pasó anoche. Tras enseñar a la policía el mensaje del contestador de Sofía, se creyeron menos su versión. ¿Qué podría haberle hecho yo a esa chica para que actuara conmigo de ese modo? . En el trabajo éramos desde siempre muy buenos amigos, y encima ahora le había prestado mi casa. Todo en ese momento parecía claro: No era más que una trampa de ella y Antonio Velázquez, para quitarme de en medio; porque en el fondo pensaban que seguiría los pasos de mi padre; y no se equivocaban... Bastaba que hubieran hecho eso, para que yo siguiera indagando. ¡a mi no me amenaza ni Dios!

Cuando llamé al buffet de abogados, Angel Salvador me recibió en su despacho; Con un porte delgado, tímido y muy alto, parecía mucho más joven de la edad que tenía.

- ¿Te ha seguido alguien? – me preguntó-
- ¿Perdón?,
- Nada es igual. Dime, que quieres saber, intentaré ayudarte en lo que pueda aún a pesar de que no debería.
- Vaya... si que ha cambiado usted de opinión... – repliqué- ¿Por qué ahora se presta a ayudarme?
- Porque se lo debo a tu padre, estas en peligro y debo ayudarte.
- ¿En peligro? ¿Qué dice? Sofía finalmente me denunció como usted me dijo...
- Claro que te denunció, ese hombre se piensa que estás volviendo a hacer lo que hizo tu padre.
- Cuénteme por favor que pasó – le supliqué-
- Cuando tu padre me contrató , estaba intentando ayudar a la madre de Jonathan. Esa mujer, en el fondo debería sospechar de su marido... Intentamos mirar todos los lugares donde Jonathan hubiera estado ese día. Preguntamos a toda la gente que sabía algo, hasta que vino a nosotros un chico llamado Gustavo.
- ¿Y quién era?
- Era un chaval que afirmaba saber lo que habían hecho con el niño de Albagranera. Nos empezó a contar la historia de una secta llamada Los Hijos de Caín. Por lo visto los Hijos de Caín es una hermandad de Jerez de la Frontera que se dedicaba a matar a niños.
- He oído hablar de esa hermandad. Mi padre era de Jerez y me contaba esa historia.
- El padre de Gustavo por lo visto, conocía el paradero de Jonathan porque él había sido miembro de Los Hijos de Caín, pero antes de aceptar e ir con tu padre a ver a aquél hombre, me ocurrió el suceso de Sr Velázquez, cuando intentaba amenazarme con la expulsión del Colegio de abogados; entonces sospeché de él; me entró miedo y escribí esa carta a tu padre para retirarme del caso. Tu padre insistió en llamarme una y otra vez pero yo no le cogí el teléfono. Es más, me mandó un fax explicándome todo lo que había averiguado hablando con ese hombre sobre la secta de Los Hijos de Caín; y aún así no me atreví a hacer nada. Creo que por aquí conservo el fax- me entregó el fax que estaba metido en un sobre-.
- ¿Por qué Sofía me está haciendo esto? No lo entiendo.
- Ahora todo es peligroso, ella y todo el mundo. Estuve durante días vigilando los pasos de el Sr Velázquez y me di cuenta de que vivia con él, por lo cual, era de esperar que hiciera algo asi.
- No me lo puedo creer...
- Bueno da igual, pienso esta vez ayudarte. Me da igual que hagan conmigo lo mismo que con tu padre.
- ¿Con mi padre? ¿Qué quieres decir?
- A tu padre lo mataron Ricardo. El señor Velázquez no solo asesinó a su hijo; también asesinó a tus padres.

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Él se había prestado a cuidar de Celia durante esa mañana. Tras haber tenido esa conversación con Ella en el banco aquella tarde, sabía que era muy probable que Ricardo corriera la misma suerte que su padre y acabara muerto. Celia, en cambio, mostraba una notable mejoría y ya empezaba a decir palabras relacionadas con lo que vió aquel día; lo cual resultaba un problema, sobre todo para ella.

- Celia, ¿me oyes? Estoy aquí cariño
- Hola... hola...- Él la acariciaba la cara-
- ¿Sabes que te quiero verdad? Sabes que siempre he estado a tu lado
- Sí, lo se, es todo culpa de Hypnos. Hypnos es la clave, allí está mi hermano.
- No Celia; Tu hermano no está en Hypnos; tu hermano está muerto. ¿Recuerdas? Murió por tu culpa, y si hablas, tu padre cargará con toda la culpa.
- No, no fue mi culpa, no no, yo no quiero, no es mi culpa- Celia entró en trance y empezó a ponerse nerviosa-
- Sí, Celia. Por tu culpa Jonathan murió y lo sabes. Por eso todos te han dado de lado. Te ha dado de lado tu padre que es a quién mas quieres, y te han dado de lado tus amigos. Todos te odian Celia. Todos te temen. Porque no eres más que veneno para todo el mundo. Tan solo tu madre , es la que insiste en cuidarte , sin saber todo el daño que has hecho.
- Yo no quería, fue culpa de Hypnos; yo no quería. – Celia rompe a llorar-
- Yo te creo Celia; yo te quiero, y por eso quiero lo mejor para ti. Yo tengo lo que de verdad necesitas. ¿De verdad lo quieres?
- Sí. Quiero ser feliz , quiero vivir, quiero a Jonathan, quiero a David, quiero recuperar mi vida, te quiero , te quiero a ti y a todos.
- Esto te proporcionará la solución a todos tus problemas; hazlo por mí Celia , te quiero.

Él realmente quería a Celia, pero que volviera a hablar constituía una verdadera amenaza. Había costado mucho durante todo este año volver cada uno a sus vidas; por eso Él no dudo ni un solo momento en colocar la cuchilla entre las manos de Celia para invitarle a dejar este mundo, e irse con su hermano.

D de Dependencia.- Capítulo 4 (segunda parte)

jueves, 20 de noviembre de 2008

Todo lo que estaba a punto de ocurrir se convertiría en una pesadilla para mí hasta el final. Todavía no sois conscientes de lo peligroso que es , que habléis con ciertos personajes, pero tarde o temprano os daréis cuenta. Si les advertís de lo que yo aquí escribo y cuento, llegará un momento en que no confíen unos de otros.

Tras el altercado con David y César, permanecí en la fiesta en un grupito con Cristina, Anna y Joaquín. Él se mostraba como un amigo más, como si hubiera olvidado la discusión que había tenido con él en mi casa; y eso me gustaba. Yo siempre consideraba a Joaquín como un amigo, aunque no llegara a confiar del todo en él. Tener a Anna tan cerca de nuevo, despertaba en mi, sensaciones como recordaba cuando estaba saliendo con ella.
Al sonar mi teléfono móvil, tuve que salirme a la calle para oír a quien me llamaba. Justo nada más salir a la calle, lo que tenía delante era la piscina, oculta por unos arbustos, como en la mayoría de las comunidades; eso se hacía para mantener la privacidad de los vecinos.

- ¿ Si?
- ¿Ricardo? Soy Ángel Salvador, estuviste hablando conmigo antes en lo referente a tu padre y al niño de Albagranera
- ¡Sí! Pensaba que no querías tocar el tema
- Escúchame..., mañana si quieres podemos reunirnos y te explicaré todo detalladamente , pero antes quería preguntarte algo: ¿Sabías que tu amiga Sofía es la novia del padre del niño de Albagranera?
- ¿Cómo?- me extrañé- Pues no, no lo sabía. Me sorprende, pero vamos... eso explica muchas cosas... ¡ese hombre es un maltratador y un mal nacido!
- Hazme caso Ricardo, No puedes confiar en Sofía. Ella misma esta tarde ha ido a comisaría y te ha denunciado a ti, en vez de a Antonio Velázquez.
- ¿¿¿QUÉ QUE??? – me congelé en tan solo un segundo- ¿Qué estás diciendo?
¿ Por qué iba Sofía a denunciarme a mí?
- Debe de estar compinchada con ese hombre. Hazme caso Ricardo, y ten cuidado.
- ¿Y cómo sabes tú todo eso?
- Me lo explicó una chica llamada Yaiza, seguro que te suena
- No tengo ni idea de quién es.
- Mañana te explico todo, ándate con pies de plomo Ricardo. Adios


No podía creer lo que había dicho el abogado. No sólo Sofía era la amante a la que tanto culpaba Esperanza Velázquez, (la madre de Jonathan), sino que me había denunciado a mi por los supuestos maltratos que su marido había volcado en ella. Noté algo moverse entre los arbustos, cuándo me quise dar cuenta de que alguien había escuchado desde dentro de la piscina mi conversación y había salido corriendo. En el suelo, entre los arbustos, encontré un pendiente de perlas, lo cual me indicaba que quién había estado detrás escuchándome era una mujer. ¿ Sería Sofía?. Me lo guardé en el bolsillo sin que Joaquín que llegaba hacia mí, percibiera nada.

- ¿Quién te ha llamado, Ricardo?
- Ah... nada, un amigo de Madrid. Que me echa de menos –bromeé-
- Oye , quería pedirte perdón por ponerme así esta mañana tío.
- No te preocupes Joaquín. Entiende que me preocupe porque mi padre estaba investigando el tema.
- Sí, pero con eso estas haciendo daño a mucha gente. Y me imagino que no querrás dañar a Celia más de lo que está. La estoy viendo ahora dentro en la fiesta... y... no puedo creerme que del año pasado hasta ahora haya cambiado de esa forma tan radical.
- Te lo digo de verdad, Joaquín. No haré nada que dañe a Celia.
- ¿Te apetece venirte a las dunas de la playa con Cristina, Anna, Celia y yo? ¿Cómo en los viejos tiempos? ¿ Los 5 unidos de nuevo?
- Si, por qué no. Vamos para allá.


Ya estaba empezando a amanecer y los 5 , más David nos dirijímos a la playa . Celia era empujada en una silla de ruedas por David, pero antes de entrar en la arena, le llamó por teléfono Nacho para pedirle que le ayudara a sacar unos barriles de cerveza de la bodega de la comunidad. Joaquín cogió a Celia en hombros y yo me hice con la silla para movernos hacia las dunas. Mientras Cristina, Joaquín y Celia ya estaban situados allí; Anna y yo habíamos ido a la orilla a mojar los pies en el agua, (cosa que hacía mucho tiempo que yo no probaba).

- ¿Lo recuerdas Anna?. De pequeños nos encantaba venir a la orilla por la noche a ver la ciudad de Cadiz brillando gracias a la luna, con el reflejo de la luz del mar.
- Sí, como olvidarme . Las cosas más bonitas de tu vida, son las que más cuesta olvidar.
- Aunque no entiendo qué le pasa a David con César; he de reconocer que se está portando genial con Celia.
- Pues a mi no. No me parece que su comportamiento sea ejemplar.
- ¿ Y eso?
- Porque la dependencia es , para mí, una instancia siempre oscura y enfermiza, una alternativa que, aunque quiera ser justificada por miles de argumentos, termina conduciendo a una conducta inmadura e irresponsable de los que no pueden hacerse cargo de su propia vida.

Estaba claro que no sólo Cesar tenía problemas con David. No se qué habría pasado de un año hasta ahora, pero notaba el comportamiento de todos bastante cambiado.
David trajo de la bodega, algo que hacía mucho que no veíamos; una ouija. De pequeños nos pasábamos las tardes intentando conectar con el más allá. ¿No os apetece? – preguntó David- . Anna , Cristina y Joaquín se miraron un poco con gesto de desaprobación pero finalmente, nos decidimos a participar; todos menos Celia y Anna. Cuatro dedos estaban puesto sobre el círculo; sobre el master.

- Cristina: Está bien, empezamos, ¿ Qué preguntamos?
- Ricardo: Me imagino que lo primero sería preguntar si hay alguien, ¿no? . Como hacíamos de pequeños.
- Joaquín: Vale, ¿Hay algún espíritu presente?

El master tardó en actuar. Pero tras mucho vacilar , finalmente su punto central formado por un círculo de cristal transparente, acabó en el -Si-

- David: ¿ Eres un espíritu bueno?

De nuevo el master , esta vez con más decisión se dirigió hacia el -Si-. Anna alivió su tensión al saber que era un espíritu bueno, pero duró bastante poco en su postura relajada.

- Joaquín: ¿Qué edad tienes?

El master pronunció la palabra escrita -NO SE-

- Cristina: ¿ Qué más podemos preguntarle?
- Ricardo: A ver... ¿ Como falleciste?

Tardó de nuevo durante un tiempo prolongado; pero cuando parecía que el espíritu se había marchado , rápidamente en tan solo unos segundos formuló su respuesta.


- A H O G A D O -


Nos miramos inquietos. En ese momento pasó algo. Celia empezó a gemir y a poner cara de horror, empezó a sollozar saliendo de su aislamiento.

- Anna: Celia tranquilízate, no pasa nada.
- Joaquín: Creo que deberíamos dejarlo aquí, no quiero seguir con esto más.
- Ricardo: Espera Joaquín, quizás esto venga bien a Celia, para sacarla de su autismo
- Cristina: Lo está pasando mal Ricardo, ¿no lo ves?, mejor lo dejamos.
- David: ¿ Espíritu ahogado, puedes decirnos tu verdadero nombre?

Antes de que a nadie les diera tiempo a levantar su dedo aquél espíritu reveló su auténtica identidad.


-J-
-O-
-N-
-A-
-T-
-H-
-A-
-N-

No nos dio tiempo a reaccionar, un sonido gutural nos heló la sangré, salió de la boca de Celia. Un grito como jamás había escuchado. Cada vez que lo recuerdo se me pone el pelo de punta. Nunca antes había visto algo así; la cara de Celia manifestada, era de un terror sobrenatural, un terror desde lo mas profundo de su alma.

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Volví a casa yo sólo, dando vueltas a todo lo que había pasado. Después de lo que sucedió en las Dunas, todos nos fuimos a casa menos Cristina, que volvió al cumpleaños de su novio Nacho. En ningún momento después de eso se volvió a tocar el tema.

Al llegar a mi portal me encontré con algo que ya esperaba pero me negaba a creer:

- ¿Ricardo Mairen?, nos gustaría hacerle unas cuántas preguntas, ¿Podría acompañarnos a comisaría?
- Si, - contesté afirmativamente- pero antes me gustaría enseñarles algo en mi casa.

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David llegó a casa llevando a Celia en su silla, (ahora más calmada). Estaba contento porque gracias a la sesión de Ouija , Celia parecía mucho más despierta. Y eso era lo que él quería, que Celia volviera a hablar, y que contara todo lo que sucedió el día que pasó todo. Al abrir la puerta de casa, se topó con la madre de Celia de frente...

- ¿ Qué ha pasado?
- Le ha dado un ataque de histeria, tal y como me imaginaba.

Acompañó junto a su madre a Celia a su cuarto, y la acostaron juntos en la cama para que descansara, David salió de la habitación y la madre la arropó y cerró el cuarto tras ella.

- ¿ Cuánto tiempo más tendremos que esperar hasta que hable? – preguntó David-
- Muy pronto , David, el momento va a llegar en menos de lo que te esperas.

Y dicho esto, Esperanza Velázquez se aproximó a él, y se besaron en la boca apasionadamente . Los gemidos mientras hacían el amor , no lograron despertar a Celia de su profundo sueño.

D de Dependencia. - Capítulo 4 ( primera parte)

martes, 18 de noviembre de 2008

Regresé a casa paralizado por mi encuentro con Celia. Su comportamiento, y el hecho de que me agarrara tan fuerte; que intentara pedirme algo; me dejaba sin respiración. ¿Qué cosa tan terrible podría haber sucedido aquel día para que Celia se hubiera transformado en lo que es ahora?. Cuando llegué a mi casa, me di cuenta de que Sofía ya no estaba allí. Había hecho las maletas y se había marchado sin dejar ni rastro. Cuando mi mirada se desvió al teléfono, comprobé que estaba parpadeando la luz roja, y que me indicaba que tenía mensajes nuevos; así que me preparé para escucharlos.

//////////////Primer mensaje, recibido hoy a las 19 horas y 35 minutos.

“Ricardo, soy Sofía. Gracias por dejarme tu casa pero no puedo quedarme por más tiempo allí. Lo único que te voy a pedir es que me perdones; ya entenderás lo que quiero decir con esto. Un beso.”

¿Perdón? , ¿Por qué Sofía me iba a pedir perdón?. ¿Por las supuestas molestias causadas?

//////////////Siguiente mensaje, recibido el día 7 de Septiembre de 2007, a las 21.00 horas

( ¿¿¿7 de Septiembre??? ¡Fue el día en que murieron mis padres!)

“Carmen, soy yo. No tengo tiempo para darte explicaciones. Vístete corriendo que paso a buscarte con el coche. Ahora estar en casa no es seguro. He descubierto dónde está el niño de Albagranera y quién está detrás de todo esto. Te espero abajo en 5 minutos. Un beso.”

El sonido del golpe que dio mi teléfono contra el suelo cuando lo dejé caer, me sacó de mi trance. Mi padre había descubierto todo y ese mismo día se chocó con el coche junto a mi madre. Conocer aquellos hechos, me animaron a seguir los pasos de mi padre y perseguir la verdad, aunque no contara con el apoyo de mis amigos. Total, Joaquín ya se había convertido en todo menos en un amigo.

Aunque esos pensamientos de mi padre y todo lo referente a Jonathan me perturbaban, mantuve la compostura porque no quería sacar el tema y menos en el cumpleaños de Nacho. Cuando César y yo llegamos a la fiesta, las primeras personas que nos encontramos fueron a él y a Cristina. Ella, junto a Joaquín, Celia, Anna y yo, cerraba el círculo del grupo de los 5. Cristina era la más rebelde de nuestro grupo. Entre ella y Joaquín siempre había habido chispa desde pequeños. Estuvieron saliendo juntos, pero lo dejaron para seguir conservando su amistad. Los hechos que ocurrieron el año pasado fueron los cimientos para que surgiera la relación entre Nacho y Cristina, que llevaban ya casi un año de noviazgo. Nacho , en cambio, aunque él y yo nos lleváramos muy bien, este año nos habíamos distanciado más, ya que Nacho sólo tenía tiempo para Cristina. Nada más llegar, ambos me saludaron.

- Nacho: ¡!Campeón!! ¡Cuanto tiempo! ¡!Que ganas de que llegaras...!!
- Cristina: Te hemos echado mucho en falta Ricardo, ¿Cómo estas? – dijo agarrándome las dos manos-
- Ricardo: Bueno... pues bien, más o menos. Estuve viendo a Celia antes y aún me cuesta asimilarlo

Nacho agarró a Cristina por los hombros, como para hacer notar que es su novia, debido a que ella me estaba agarrando. Nacho ante todo era un hombre celoso, por mucho de que se tratara de sus amigos de quién tuviera celos.

- Cristina: - soltándome- Hacemos todo lo posible día a día para que Celia vuelva a hablar, pero todo es inútil
- Ricardo: lo sé, lo sé, pues nada muchas felicidades Nacho, vamos a servirnos alguna copa

¿ Era una percepción mía solo? ¿ O habían ambos ignorado a Cesar por completo?

- ¿ Y tu qué niño? ¿ No te echas ningún ligue?
- Uff, que va que va, hace nada lo deje con mi novio de cuatro años y he tenido mis historias pero no estoy preparado aún para empezar con otra persona, es más a veces me dan ganas de volver con él.
- Cesar... si lo dejaste fue por algo, piénsalo. Segundas partes nunca fueron buenas, aunque yo debería aplicarme el cuento con Anna. Nos hemos visto y he vuelto a sentir amor por ella en tan sólo un momento.

Cesar tragó saliva.

- ¿Anna? ¿ Qué estás diciendo Ricardo? ¿ Cómo puedes plantearte algo con ella?
- No sé, tío. Pero la he visto y he vuelto a sentir por Anna lo que sentía antes, y creo que a ella le ha pasado lo mismo.
- Ricardo, olvídate de Anna. No te va a aportar nada nuevo; menos mal que hoy no viene.
- ¿Qué hoy no viene? – dije mirando hacia adelante- ¿Entonces esa quién es?


Acababan de entrar por la puerta del local , Celia, (agarrada de David) y Anna. La cara de Cesar se descompuso de la sorpresa.

- Cesar me gustaría contarte algo... – desvió su mirada hacia mi – he hablado con David cuando he ido a ver a Celia, y... bueno, no sé que habrá pasado entre vosotros este año , pero... me ha dicho que no confíe en ti, que has cambiado mucho en este último año. Y yo, lógicamente...,a ver tu a mí me has demostrado mucho, no como este gilipollas que ha perdido el norte totalmente.

César se armó de ira y se aproximó a David aún a pesar de que yo intenté evitarlo. Se montó un gran revuelo y las discusiones hicieron que la música de la fiesta quedara aislada.

- ¡TU! ¿ Qué cojones vas diciendo a Ricardo? ¿ que no se puede confiar en mí? Creía que ya habíamos dejado nuestras diferencias a un lado
- ¿ Yo? – David apenas se inmutó- Cesar sabes que te aprecio mogollón, y ya te pedí perdón por todo lo que hice cuando estuve enganchado a la droga. No veo por qué iba a hablar mal de ti, y menos a Ricardo que es amigo de ambos.
- ¡ Eso es mentira!, tu mismo me dijiste esta tarde de que no confiara en Cesar, que había cambiado mucho desde que ocurrió lo de Celia.
- Creo que te estás equivocando Ricardo, quizás como te pusiste tan nervioso al ver a Celia , me mal interpretaste
- ¿ Qué te ocurre conmigo Ricardo? – me preguntó Cesar ofendido- siempre te he apoyado; pensaba que habías venido aquí a pasarlo bien, no a crear mal rollo.
- ¡ Bueno basta! – intervino Nacho- No voy a tolerar un comportamiento así y menos en el día que celebro mi cumpleaños.
- Tranquilo Nacho – respondió Cesar- yo aquí ya no pinto nada.

Y diciendo eso último se largó de la fiesta dejándome con la palabra en la boca. Mi enfado hacia David estaba en punto de ebullición.

- ¿ Qué coño te pasa a ti , David? ¿ De qué vas? – en ese momento nos quedamos solos junto a Celia que estaba agarrada a David-
- Si te advertí de lo de Cesar es por tu bien, no porque yo tenga algún interés en que acabes mal con él. Pero eso sí, no pienso dar lugar a que se cree mal rollo entre el y yo.
- Es muy fácil tirar la piedra y esconder la mano, ¿y sabes qué David?. No eres más que un COBARDE.

Me di la vuelta y continué en la fiesta con el resto de mis amigos. David me había herido como amigo y no sólo eso, había provocado que yo discutiera con mi mejor amigo. Lo que por aquél entonces yo no sabía, es que Cesar no se había ido por el enfrentamiento conmigo y con David. Él se había ido porque odiaba a Anna con todas sus fuerzas y porque lo que ella había hecho era muy difícil de perdonar.

C de Confianza. - Capítulo 3 (segunda parte)

jueves, 13 de noviembre de 2008

Esta vida, consta de momentos; de decisiones. Todo lo que decidamos tiene una repercusión. Sofía y yo, fuimos compañeros de trabajo en Madrid a comienzo de año, pero le salió un trabajo en Andalucía y desde entonces no supe nada de ella. En aquel momento decidí acoger a Sofía en mi casa puesto que estaba pasando por una mala racha. No quiso tocar el tema, pero su cara llena de golpes mostraba, los síntomas del dolor.

- ¿ Que tal has dormido?
- Bien, gracias Ricardo por estar haciendo esto por mí
- Ha sido tu novio, ¿verdad?

Sofía permaneció callada sin decir nada.

- Sofía, creo que deberías ir a comisaría y denunciar algo así. ¿Qué quieres? ¿Ser una de esas mujeres maltratadas que se someten a la posesión y machismo de los hombres?
- Tienes razón Ricardo, - sonríe tristemente- ayer me metí a un chat de Internet; que paradoja, mi único consuelo y tengo que chatear con gente que no conozco de nada. Estuve hablando con una chica que conocí, le conté toda mi historia, y me recomendó lo mismo.
- Claro que sí, eso tienes que hacer. Y olvida de una vez Internet; si quieres apoyo yo te ayudaré en todo lo que pueda.
- Muchas gracias Ricardo
- Te tengo que dejar, voy a salir a ver a una amiga

Estaba saliendo por la puerta cuando Sofía hizo la pregunta clave

- ¿Un rollito de verano? – bromeó-
- No, es una chica , amiga mía desde hace mucho tiempo. Se llama Celia. Te la presentaría, pero... no habla desde el año pasado – dije apartando la mirada- . En fin, te lo explicaré otro día.

Salí por la puerta sin ver la cara de Sofía asombrada, sin dar crédito. Sofía acababa de comprender que yo era la persona que había llegado a Albagranera, la persona por la que su novio había cambiado tanto; empezaba a entender que Celia, la hija de Antonio, era amiga mía.

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David me abrió la puerta de la casa de Celia. La última vez que vi a los amigos Nacho y David fue hace dos años. Ninguno de los dos estuvo presente cuándo Jonathan despareció.

- ¡!!Loco!!! – me dijo dándome una palmadita en la espalda- ¿ Cómo estas tronco? ¡Cuánto tiempo! Me alegro tenerte ya aquí.
- ¡Hola David! Ya me he enterado que a Nacho le cogieron en el cuerpo de Policía, me lo dijo Anna
- Sí, que cabrón, y otros como yo, aquí intentando buscar curro. Aunque la verdad, no me da tiempo para mucho cuidando de Celia todo el día.

Nuestras caras se entristecieron al instante

- ¿Está aquí, no?
- Si, está en la habitación, te llevaré a ella.

Cuando entré en su cuarto, el alma se me cayó a los pies. Ahí postrada en una silla, permanecía Celia con la mirada perdida, su ser se encontraba en otra parte, allí tan solo había un cuerpo que apenas pestañeaba. Me arrodille frente a ella y hundí mi rostro entre sus muslos llorando, hasta que note la mano de David posada en mi hombro.

- Todos lo hemos pasado muy mal al verla así
- No lo entiendo David, - dije sollozando- Celia siempre ha sido una chica de duro carácter, y de fuerte personalidad. Lo que tuvo que ver debió de ser muy horrible para que dejara de hablar.
- Hemos intentado hacer todo por ella, yo el primero, pero llevando un año así... aún no hemos conseguido que hable. Hasta que mencionó tu nombre; por eso su madre y yo, creímos que era una buena oportunidad para que ella saliera adelante: Viéndote y que le hablaras.
- Tú siempre has huido de Celia, pasando de ella, y ahora pareces tan entregado..., jamás te había visto así...
- Sí, Ricardo. Cuando uno se enamora comete muchos errores; tiene que pagar un precio demasiado caro por ese amor; algunas de esas decisiones... , pueden acabar llevándote a la locura. Si no eres fiel a tus propios sentimientos con Anna, que se que sigues teniéndolos, acabarás completamente solo.
- Como tú – asentí –
- Si... como yo; porque se de lo que hablo te lo digo.

David salió a preparar unos cafés para ambos. Temía haberle ofendido con ese comentario, pero era cierto. Él siempre había pasado de Celia, y ahora se le veía enamorado de ella. Lo que me sorprendió, es que con tan sólo un comentario sobre Anna, David me conociera tanto como para notar en mi mirada que Anna todavía me seguía gustando. Me quedé mirando a Celia en la silla. Contemplándola como si fuera la primera vez que la viera, porque sinceramente, la miraba a la cara y es como si no la conociera de nada.

- Celia – le dije acariciándole la cara con el dorso de la mano- ¿Qué te ocurrió? ¿Por qué mencionabas mi nombre?

Pero Celia no respondía ante mi estímulo. Miraba a un punto vacío con la mirada perdida, sin saber ella misma dónde se encontraba. Cuando me distraje observando su habitación tomé cogido una cajita de música blanca que al abrirla se levantaba una bailarina y sonaba la música que ahora escucháis aqui en el blog.De repente me sobresalté: Celia acababa de coger mi antebrazo y lo agarraba con fuerza hasta el punto de hacerme daño. Yo asustado , fuera de mí, intenté deshacerme de su mano, pero apretaba tan fuerte que era incapaz de hacerlo.

- ¡!Celia me estas haciendo daño!! Que te ocurre?

Celia, articuló los labios, y esta vez sus ojos se quedaron clavados en los míos. Por primera vez, ella estaba mirándome a mi.

- A.....A..... ¡Ayudame!

Logró pronunciar aquella palabra, me deshice por fin de su fuerza y me eché para atrás asustado. Celia volvió a su autismo y a la posición inicial. David entró corriendo al cuarto motivado por los ruidos.

- ¿ Qué coño ha ocurrido?
- Nada, nada David. Escucha tengo que irme, que me he acordado de hacer una cosa. Eh...gracias por los cafés; nos vemos esta noche en el cumpleaños de Nacho.
- Un momento Ricardo, antes de irte... ¿Mantienes relación aún con Cesar?
- ¿Con César?, si excelente, es muy buen amigo, ¿Por qué lo dices?
- No te fíes de él – Su rostro se volvió duro y serio- Ricardo... Cesar no es la misma persona que hace dos años. Él ha cambiado mucho, aunque no percibas nada, te lo digo para advertirte.

En ese momento me sentí atacado.

- Muchas gracias David, pero creo que se elegir bien a mis amigos, y no me equivoco cuando afirmo que César es el que más amigo me ha demostrado ser desde que murieron mis padres y ahora si no tienes nada más que decir...

Me enfadé, realmente. Aunque César y David de siempre se hubieran llevado mal; eso no le daba derecho a hablar así de él y a intentar ponerme en contra suya.


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En la comisaría, el inspector tomaba declaración a Sofía que estaba sentada frente a la mesa.
- Entonces dice usted, que la apaleó en su casa y que la llevó tirándole de los pelos hasta la escalera
- Si señor, así pasó
- ¿Y qué motivo cree usted que aquel hombre podría tener para pegarla?
- No tengo ni idea, quizás por envidia, porque él siempre ha tenido celos de mí, por mi trabajo y por lo que he conseguido profesionalmente. – pronunció tartamudeando-
- ¿Podría si es tan amable repetirme de nuevo el nombre de su agresor?
- Claro que sí. Su nombre es Ricardo..., Ricardo Mairén

CONTINUARÁ...

C de Confianza. - Capítulo 3 (primera parte)

martes, 11 de noviembre de 2008

En la vida, llega un momento en el que llegas a preguntarte cuándo parar. Durante cuánto tiempo seguiremos optando por el sufrimiento en vez de por el gozo, por el dolor en vez de por el triunfo, por el temor en vez de la alegría de vivir en su máximo esplendor.

Eso, precisamente, fue lo que me sucedió con Anna. Integrante del grupo de “los 5”, ella era la que más me había decepcionado en todo este tiempo. Hasta hace dos años éramos novios, pasamos de ser amigos íntimos con 11 años a ser pareja; sin embargo, lo nuestro no duró apenas un año, cuando los roces se hacían insoportables, cuando dejé de ser feliz con ella , lo terminamos dejando todo.

Me defraudó el hecho de que ni tan siquiera se preocupara por mí cuando murieron mis padres; pero me imagino que Anna al igual que Joaquín, estaba enfadada conmigo por no estar aquí el verano en que Celia dejó de hablar.

Había quedado con ella por teléfono, en vernos en una heladería del paseo marítimo donde solíamos ir. Cuando llegué, y me besó en la mejilla, me estremecí con el roce de sus labios.

- Tenía muchas ganas de verte
- Sí, yo también a ti Ricardo. No ha sido un año fácil para ninguno de nosotros. Aún estoy tratando de superar la crisis por la que está pasando Celia. Siento no haber estado contigo cuando sucedió lo de tus padres, pero aquí todos lo hemos pasado bastante mal; hasta Nacho, Cesar y Joaquín, que no conocen a Celia desde hace tanto tiempo.
- ¿No sabes lo que pudo ocurrir ese día, Anna?
- Aquel día, eran las 4 de la tarde y estábamos tomando el sol en las dunas. Cristina, Joaquín , Celia, su hermano, Cesar, y yo. Estábamos jugando al juego de padres e hijos, no se si lo recordaras, jugábamos de pequeños.
- Sí, ¿era ese que es como beso , atrevimiento y verdad , no? En que a quién le tocaba ser padre debía mandar hacer pruebas a sus hijos.
- El mismo. Pues cuando estuvimos un rato allí, Celia se fue a pasear con su hermano por la orilla, y Joaquín, Cesar y yo, nos quedamos tomando el sol en las dunas.
- ¿Y después qué ocurrió?
- Como tardaban demasiado, fuimos caminando por la orilla para encontrarnos con ella. La encontramos al final de la playa, donde las rocas, acurrucada, temblando y llorando. No volvió a decir nada desde entonces, y de su hermano no había ni rastro. Se empezó a buscar al niño por todo Albagranera, más tarde por los alrededores. Llegaban fax a la comisaría diciendo que el niño estaba enterrado en el parque natural, pero por más que buscaron no encontraron nada.
- Mi padre estuvo ayudando a la familia cuando vino justo antes de morir. Quiso colaborar con un abogado pero el padre de la criatura se opuso de golpe.
- Es normal, Ricardo. El padre lo pasó fatal después de lo ocurrido, culpó a Celia de no haber protegido a su hermano y dejó de hablarla. Desde entonces , su madre y David se ocupan de ella.
- ¿Tu sabías que la madre en realidad no era madre biológica suya?
- Sí, pero porque nos lo contó David. Celia jamás hablo de ello; las únicas palabras que salían hacia su madre eran malas. Luego entendimos por qué: Celia no soportaba ver a su padre con otra mujer. Nunca llegó a tragarla; solo espero que ahora ella en su silencio se de cuenta de todo lo que su madre la está cuidando.
- Te echo de menos Anna – mis ojos se quedaron fijamente mirándola esperando una aprobación de su mirada-
- Yo también a ti – Anna bajó la mirada por la vergüenza- No sabes cuánto te he necesitado este año pasado cuando ocurrió todo. Entiendo que no estuvieras aquí porque tu estudio en el extranjero era muy importante y no te sería fácil venir, pero “los 5” siempre hemos estado unidos y nos hemos apoyado siempre desde que tenemos 11 años.

En 1996, con esa edad, pasó algo que nos unió para siempre. Hicimos un pacto de que siempre nos apoyaríamos y que prevalecería la amistad por encima de todo. Hasta teníamos un lema:

Los 5 juntos hasta el infinito, hasta que la muerte nos separe estaremos unidos

Ese lema se había quedado en cenizas este año por primera vez en muchísimo tiempo. Es más, precisamente estábamos todo menos unidos. Ya que mi adversidad con Joaquín era cada vez más fuerte.

- Voy a ver ahora a Celia, ¿Me acompañas?
- Lo siento Ricardo pero tengo cosas que hacer. Por cierto esta noche celebramos una fiesta por el cumpleaños de Nacho. Me ha pedido que te invite; es en la urbanización, dice que te pida disculpas, pero que si no te ha visitado aún es porque está todo el día fuera por su trabajo de policía.
- De acuerdo, iré. Allí nos veremos.

Me despedí de Anna y sentía una nostalgia tremenda. Al tenerla tan cerca me daban ganas de abrazarla y de besarla, ya que la última vez que nos vimos estábamos juntos. Sabía que si lo dejamos sería por una razón, y que de nada servía lamentarse y mirar al pasado. Pero tenía el defecto de siempre acordarme de lo bueno de mis parejas , sin acordarme del motivo real por lo que fracasó.

Cuando llegué a mi urbanización, algo llamó mi atención. En un banco, una chica estaba llorando con las manos en la cara y cubierta de sangre. Me acerqué a ella sin pensarlo para ver que le ocurría.

- Disculpa , ¿te puedo ayudar en algo? ¿ Qué te ha ocurrido?

La chica levanto la cabeza y un terrible moratón se dejaba notar en su mejilla izquierda. Estaba tan impresionado por el golpe que no me di cuenta de quién era ella realmente.

- ¿Sofía?, ¿ Que diablos haces tú aquí?

La chica se levantó y me abrazó con fuerza llorando en mi hombro desconsoladamente.

B de Bienvenida. - Capítulo 2 (segunda parte)

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Aquella mujer parecía que tenía la mirada perdida; triste y asustada a la vez, cuando la invité a sentarse en mi salón descubrí muchas cosas de las que no tenía ni idea. La mayoría de las personas que conocía hasta ese momento, mostraban un tremendo cambio de un año para otro, era como si a todos ellos les hubiera afectado la desaparición de Jonathan.

- ¿Cómo está señora Velázquez?
- Bueno..., ahora mejor – sonrió levemente- Quería agradecerte de todo corazón todo lo que tus padres hicieron por nosotros, y darte mis condolencias por su fallecimiento.
- No se preocupe, iba a ir a ver a Celia ahora, pero...
- Eso quería pedirte – le interrumpió- Llevo todo el año intentando que mi hija hable, porque se que ella tiene que saber el paradero de mi niño. He pasado un año horrible, teniendo pesadillas a diario, e intentando comprender lo que sucedió aquel día. Pero la policía no ha podido averiguar nada. Gracias a David , vuestro amigo, que está ayudando a Celia en todo, logra con eso buenos progresos en su comportamiento. Sin embargo, hace una semana... David empezó a hablar con Celia, como siempre, diciéndole que ibas tú a llegar Ricardo, que si se acordaba de ti. Y ella, empezó a repetir tu nombre una y otra vez. Ricardo, Ricardo, Ricardo. Me puse muy emocionada porque era la primera vez que mi hija hablaba. Quizás si tu conversaras con ella, podríamos lograr algún progreso más.
- Creía que Celia y usted no tenían buena relación, por lo que ella nos contaba.
- Celia siempre me tuvo mucha manía porque intentaba equipararme con su verdadera madre
- ¿Su verdadera madre? ¿Qué esta diciendo?
- Celia es hija de mi ex marido y su difunta mujer. Después yo conocí a Antonio y tuvimos como hijo a Jonathan. Pero Celia no es hija directa mía. Ella no podía soportar que su padre estuviera con otra mujer. Sin embargo a raíz de lo que pasó el año pasado, su padre no quiso saber nada mas de ella, puesto que le achacó el no haber aprendido cuidar de su hermano. Por eso nos separamos, aunque la cosa ya estaba muerta desde entonces. Todo por culpa de esa... mal nacida de su amante.
- Oh, ¿su exmarido tenía un amante?
- Si, pero de eso me enteré por Febrero de este año, cuando supe quién era. Aunque yo ya lo intuía desde antes de desaparecer nuestro hijo.
- Vaya... lo siento mucho. Y... ¿sigue hablando usted con él?
- No... siempre que le veo , pienso que todavía le quiero; pero se que eso es sólo un sueño mío. En realidad, lo que pienso, es que debería estar muerto.

Aquella mujer tan dolida, soltaba lágrimas a medida que escupía aquellas palabras horribles.

- La entiendo señora Velázquez. Me gustaría preguntarle, si conoce usted a Ángel Salvador
- No tengo ni idea de quién es.
- Es el abogado que estuvo colaborando con mi padre, sobre la investigación de su hijo
- Ah, que buen hombre, claro que le conocí. Sin embargo la intervención de mi marido impidió que siguiera colaborando con tu padre
- ¿Por qué se iba a negar su marido en colaborar para hallar el paradero de su hijo?
- Pues no se... me imagino que porque él siempre ha pensado que Jonathan estaba muerto. Para mi marido, ese hecho le arruinó la vida, al igual que a mí. Preferimos tanto él como yo, tener la esperanza de por vida , de que Jonathan pudiera estar vivo, antes que estuviera muerto. Pero yo necesitaba saber dónde estaba mi hijo, por eso ya que no contaba con la ayuda de mi marido, se la pedí a tu padre. Por mi culpa , tus padres tuvieron ese accidente, si yo no les hubiera insistido... – la mujer empezó a llorar-
- Eh, vamos... ¡No se preocupe!- dije mientras la abrazaba- Mis padres tuvieron un golpe con el coche, les podría haber pasado a cualquiera. No tiene por qué culparse de su muerte. Bastante tiene usted ya de lo que preocuparse. Ahora lo importante es Celia, conseguiremos entre todos que salga adelante, ya lo verá...
- Si.... al fin y al cabo.., hay cosas mucho peores que la muerte. Muchas gracias Ricardo, espero que disfrutes de tus vacaciones aquí en Cádiz. Bienvenido...


La madre de Celia y Jonathan, salió llorando de mi casa. Pobre mujer... todo lo que le había salpicado durante todo este año... Aunque lo que aún le quedaba por pasar, era mucho peor de lo que a alguien le podría ocurrir jamás.

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Sofía era una mujer tímida, risueña y alegre. Toda su vida estaba dedicada a su profesión. Con 28 años, ya había conseguido un puesto bastante alto en el mundo del periodismo, y soñaba con ser una periodista de renombre. En el amor no todo le había ido como ella quería; tras varios novios; intentos fallidos, formalizó su relación con un hombre del que ella se enamoró a primera vista. Llevaban viviendo juntos varios meses. Pero el carácter de él empezó a cambiar; se empezó a volver una persona agresiva y violenta, a medida que se acercaban los días del aniversario en que su hijo desapareció. Se le hacía un poco incómoda la situación a Sofía de vivir en la misma casa en la que él compartía la vida en un pasado, con su familia. El cuarto del niño desaparecido, desde que ella llegó a casa, estaba cerrado con un candado. Mientras dormían en la noche, prácticamente durante todas últimamente, Antonio se levantaba de madrugada, se metía en el cuarto de su hijo, y empezaba a gritar, a dar golpes a las paredes o a llorar. Cuando se cansaba, regresaba a la cama conmigo, con las manos ensangrentadas y se quedaba dormido. Nunca hablaban del tema porque Sofía consideraba que no era algo en lo que ella se debiera meter, pero cuando empezó Antonio a sobrepasar los límites del respeto, Sofía estaba decidida en aquel preciso momento, a ver qué se escondía en aquella habitación.
Cuando penetró en aquel lugar, su cara se desencajó por completo:
En un aparente cuarto de niño se escondía una dura frialdad del dolor. En las paredes pintadas con sangre , había escritas palabras como... “Te quiero”, “Lo siento”, “Perdóname” , o “ te llevo en mi corazón”. Las paredes estaban rajadas posiblemente de la fuerza que habían hecho las uñas de aquel hombre arañándolas de la desesperación. Ropa del pequeño, estaba dada de sí, esparcida por la cama, seguramente de habérsela puesto el padre que era 3 veces más grande que él. Sofía empezó a comprender desde el horror, que aquel hombre se había vuelto completamente loco. Al abrir los cajones lo que más le llamó la atención es una cámara digital. ¿Para qué querría un niño tan pequeño una cámara tan cara?
Se sobresaltó al oír la puerta, el padre había entrado en casa, y su rostro de sorpresa fue tomando el color de la cólera, penetró en el cuarto de su hijo, y abofeteó a Sofía, una y otra vez hasta arrastrarla fuera de la casa.
- ¡Maldita zorra!.... te dije que no entraras nunca en este sitio, no tienes ningún derecho a entrar en el cuarto de mi hijo, ¡!!NINGUNO!!!
Sofía bajó asustada las escaleras del portal, tan asustada que casi deja caer al suelo lo único importante que tenía en ese momento.
Ella había perdido todo lo que le importaba e interesaba de aquél hombre; bueno, todo no...ahora tenía una cámara digital....y lo que se fotografió con ella era el terror en forma de imagen.


Continuará...

B de Bienvenida. - Capítulo 2 (primera parte)

martes, 4 de noviembre de 2008

¿Quién me iba a decir a mi, que iba acabar contando todo esto en un blog de Internet?
Pero que se le va a hacer.... soy un cobarde, no me atrevo a ir a la policía, ni mucho menos a contárselo a él a la cara, puesto que no puede ni mirarme del desprecio que me tiene.

Aunque mis planes eran ir a ver a Celia, todo cambió cuando nos encontramos con Joaquín. Él, era junto a mi , uno de los chicos del grupo de los 5, lo demás eran todo mujeres. La relación entre Joaquín y yo había cambiado mucho desde que teníamos 11 años. De ser inseparables, cada año íbamos pasando a chocar más y más y a tener cada año problemas el uno con el otro. Sin embargo, en cuanto nos vimos nos dimos un abrazo; un abrazo que para nada se sintió sincero. De pronto caí en que Joaquín como abogado que era, tenía derecho a mucha información y bases de datos; por lo que me vino a la idea de pedirle que me localizara un teléfono o dirección del abogado que escribió a mi padre, ya que la carta no traía un remite donde localizarle.

Notaba a Joaquín muy cambiado; una mirada perdida, y mucho más pálido de lo normal. Con todo lo alto y delgado que era, parecía un esqueleto con ese aspecto. Sin embargo, no salió la conversación de por qué no me llamaron cuando ocurrió lo de mis padres, y a mi tampoco me apetecía sacarla. Ya de vuelta a mi casa, Joaquín maniobraba con el portátil para encontrar la información que le requería.

- Joaquín: ¡Aquí esta! Angel Salvador Gutierrez.... Sabía que formaba parte de este colegio de abogados
- Cesar: ¿Solo viene un teléfono no?
- Ricardo: Esperemos que tengamos suerte. Necesito que ese hombre me explique qué había descubierto mi padre. Quizás así podamos ayudar a la familia de Celia.

Joaquín se quedó paralizado, no se esperaba que fuera para eso para lo que quisiera hablar con el abogado.

- Joaquín: Un momento... ¿ayudar a la familia de Celia? ¿Que cojones estas diciendo? ¿Que tiene que ver este abogado con eso?
- Ricardo: Veras... antes vi una carta que estaba en mi buzón, de un abogado que colaboraba con mi padre en obtener datos sobre el caso de Jonathan. Y dice que el mismo padre del niño, le amenazó con arruinarle su carrera profesional si se metía en medio.
- Joaquín: ¿A ti que te pasa Ricardo? – Joaquín adopto un gesto desafiante- Cuando todos nosotros tuvimos que pasar toda esta tragedia, tu estabas en el extranjero divirtiéndote y ajeno a todos nosotros. Y ahora sin venir a cuento... un año después, y cuando ves que tu padre quiso ayudar, ¿te quieres involucrar tu, no? – Joaquin se levanta de su asiento-, me das asco Ricardo, ¡Deja a esa familia en paz!, ¡Deja que podamos descansar todos de una santa vez!.

Y diciendo eso agarro el manillar de la puerta y salió de mi casa, dejándome con una lágrima en los ojos.

- Cesar: discúlpale... está muy resentido contigo por no aparecer el verano pasado cuando ocurrió todo, y en consecuencia, también conmigo por apoyarte en la muerte de tus padres, cuando según él no te lo merecías. Déjame que hable con el, mientras hablas tu con el abogado, luego me cuentas...

Cesar se fue, y me quedé observando el número de teléfono. Temía llamar y ver qué podía encontrarme al hablar con aquel hombre. El teléfono dio tres tonos y a continuación descolgaron.

- ¿Sí?
- Hola, verá... quería hablar con el Señor Angel Salvador, ¿es usted?
- Sí, soy yo. ¿Con quien hablo?
- Soy Ricardo Mairén, hace un año estuvo colaborando con mi padre en el caso del niño de Albagranera, ¿no es asi?

Se produjo un prolongado silencio

- ¿Hola? – pregunté-
- No tengo nada que hablar respecto a ese tema. Si ellos se enteran que sigo detrás de ese asunto estoy perdido, no tengo nada más que hablar con usted.
- ¿Ellos?, ¿Quiénes son ellos?. ¿Hola?

Pero en ese momento ya me había colgado. Había algo raro en todo esto... ese hombre tenía miedo a algunas personas a las que llamaba “ellos”. Muy pronto iba a descubrir a la magnitud a la que me estaba enfrentando, algo como jamás podría haber concebido. Me sobresaltó el teléfono; empezó a sonar y en la pantalla se mostraba “numero oculto”.


- ¿Sí?

Una respiración profunda se empezó a oir a través del telefono...

- ¿Quién es?

Nadie contestó. La comunicación se cortó de golpe. Unos golpes se empezaron a oir en todo el salón. Procedían del piso de arriba del mío. Unos sonidos sordos posiblemente provocados por un martillo. Sin embargo... un detalle parecía indicar que no era una obra precisamente. Era una combinación de golpes que formaban una sintonía. Algo así como.... toc toc toc , ¡toc! , el ultimo golpe siempre era más fuerte, y se repetía una y otra vez hasta que frenó. El timbre de la puerta sonó y dudé un momento en abrirla, tenía el corazón en un puño. Me quedé ensimismado; la madre de Celia y Jonathan era la persona que llamaba.

- Hola Ricardo.... necesito hablar contigo....

Entró apresurándose al interior y cerró la puerta de golpe asustada.

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